27/04/2024

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Educación

Ciudad de Córdoba: nuevo aniversario, otros referentes

5 minutos de lectura

La ciudad de Córdoba es una joven presumida que cumple 448 años el 6 de julio. Frecuentemente halagada por su extensa dimensión, es un caso único en el país e inusual en el mundo debido a sus 576 kilómetros cuadrados de superficie. Esa característica, entre otras, le confiere un carácter polifacético, a veces diverso, a veces ingobernable.

De todas sus condiciones reconocibles, la intelectualidad es tan famosa que sus hermanas mayores, como Santiago madre de ciudades o la más joven y presumida Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la miran con perplejidad en los momentos clave de la República.

Adversa a las tendencias externas y dicotómica puertas adentro, revolucionaria pero también clerical, Córdoba está caracterizada por un pensamiento potente. Desde sus abismales diferencias, encontró la profundidad entre los lados del acantilado como espacio de reflexión para las orillas de la falla nacional.

Jesuitas, universitarios y sindicalistas; doctores de linaje y anarquistas con olor a camarote constituyen el humus de revoluciones estéticas y contrarrevoluciones ideológicas nacidas, crecidas y sepultadas en nuestra ciudad.

Quizás el presente no sea más que un horóscopo del futuro certeramente escrito en el pasado. Desde ese papel se facilita la lectura de una sociedad fundida y confundida con su escritura. Autores y personajes integran un proceso coral de manos redondas que redactan una historia en la que son imprescindibles.

Arte y parte

El primer y mejor ejemplo es Luis de Tejeda. Fue sucesivamente militar, alcalde y primer poeta argentino. Su biografía tiene tanta polémica como la de todos nosotros e involucra a su familia. Sin ir muy lejos, la hermana de Tejeda fue pionera en la educación femenina, apoyada por el Obispo Trejo. Como Tejeda, desde siempre las personas escribieron y protagonizaron –simultáneamente– la historia local.

Con años amarrados en decenas, en siglos, el poder y la enseñanza consolidaron unos idearios cordobeses y buscaron canales para su difusión. Lo que hoy conocemos como la prensa ganó trascendencia esparciendo ideas: desde la primera imprenta hasta La Voz, o los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional, pasando por Los principios, la cordobesitud siguió siendo descripta y comentada por quienes la sublevaban a la mañana y prescribían a la noche.

Mucho más cerca en el tiempo, durante el siglo pasado, Juan Filloy –juez, fundador del club Talleres y reformista universitario– escribió que éramos “doble faz, doble expresión… rémora y progreso… contrastes, sin nexos en el contrapunto. Incongruencias sin unidad en lo opuesto… Abolengo y sans façon. Doctoralismo y usura. Rezos y cocaína. Ciudad atascada de conventos y clandestinos. Ciudad aplastada por el marasmo burocrático, el olor a santidad del vicio y el tufo de las congregaciones”.

Que la voz del escritor tenga momentos de ronquera política no es ajeno a nadie, todos estamos atravesados por ser y leer como sujetos políticos.

Siempre fuimos polemistas

Podríamos declarar el 2 de julio como día de Córdoba. No supondría mucho trajinar por el almanaque y celebraríamos el natalicio de Deodoro Roca, uno de los cordobeses que mejor nos define. Cercano a Filloy y también abogado, redactó el famoso Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria, mientras que tuvo una intensa vida política y periodística. Solo para ilustrar el caso, digamos que dirigió el museo Caraffa en el momento de finalización de su construcción y refundación.

Además de personas como Roca, las instituciones como este centenario diario operaron sostenidamente a manera de consciencia cordobesa. Estos espacios han sido históricos cuadriláteros de resonancia para el debate de muchos intelectuales. Ciertamente, en muchos casos, con demasiado apego a referentes heteronormativos y ortodoxos por demás.

Pólvora mental

Vivimos un tiempo de nuevas cabezas, con sus prácticas y prédicas ansiosas de colonizar el espacio público –las calles, las redes, los ámbitos culturales– para la controversia y la propalación de su discurso. Son referentes de un tiempo sin la cuadratura ni los arquetipos. Nuevas cabezas que fertilizan nuevas ideas, otros diseños de personas para antihéroes como el artista Elián Chali, la escritora Camila Sosa Villada o el comunicador Carlos Julio Carballo. Estas personas escriben la calle, la actúan, y son su voz: A diferencia de otras épocas, no integran grandes estructuras.

Mientras que una parte de la ciudad pareciera un experimento social de taxidermia, hay pólvora mental en los márgenes, actores desentendidos de viejas rivalidades.

Son profetas de pensamientos radicales, pero absolutamente fuera de los lados del abismo. Lo sobrevuelan. Enfocar su pensamiento es velar los mecanismos de tipificación y sentirnos representados por un territorio travesti, contraacadémico, torcido, y político en un sentido hondo y actual.

Con el paso del tiempo, supondrán –o ya suponen– un cambio estructural en la forma en la que nos autopercibimos como ciudad.

Para ver, leer y escuchar.

Elian Chali es artista y activista. Su lenguaje es el espacio urbano y sus convulsiones. La ciudad es un lienzo pequeño para un autor enorme. Sus obras están en el mundo e integra Torceduras & Bifurcaciones, foro de corporalidades políticas. Con ediciones y festivales internacionales en su haber, te dice: “Baby, la ciudad es un niño enfermo dispuesto a morir, aunque tenga la cura en su mesita de luz”.

Camila Sosa Villada es actriz y escritora. Trabajó en cimentar un presente menos doloroso para las personas trans. Ha sido distinguida con el aplauso de un pequeño teatro independiente, así como las editoriales. También con el premio a mejor actriz de teatro en nuestra ciudad y el premio Sor Juana Inés de la Cruz 2020, otorgado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Carlos Julio Carballo puede definirse como conductor radial o agitador central. Años de cultivar los bordes de la infoesfera lo posicionan como un outsider que lleva 20 años al volante de espacios clave para la difusión del ser cordobés. Radioactivo e independiente, ha sido una pieza clave en la formación de nuevos referentes de la comunicación local.

* Gestor cultural, docente

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