Abuso Sexual en la Infancia: herramientas para detectar y acompañar
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Según la guía de Unicef para para tomar acciones y proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes (NNyA), el abuso sexual contra elles remite a prácticas sexuales (desde tocamientos, exposición de los órganos sexuales y masturbación frente a une niñe o adolescente hasta violaciones) impuestas por una persona adulta independientemente de la forma en que se ejerza la coerción. Es una de las expresiones más crudas de las violencias que atentan contra la integridad, vida y bienestar físico, psicológico y emocional de niñes y adolescentes.
Se daña su derecho a la integridad, la intimidad, la privacidad y, principalmente, se vulnera el derecho a no ser expuesto a ningún tipo de violencia, abuso, explotación o malos tratos.
Estos derechos se encuentran protegidos a nivel internacional por la Convención sobre los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. A nivel nacional y provincial se destaca la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral.
El abuso sexual es una forma de violencia previsto en el Código Civil y Comercial de la Nación, que en su artículo 647 prohíbe específicamente cualquier tipo de malos tratos o hechos que lesionen o menoscaben física o psíquicamente a los NNyA por parte de quien tenga a su cargo la responsabilidad parental. Además, es un delito sancionado penalmente por el Código Penal de la Nación en su Título III “Delitos contra la integridad sexual”.
Datos para derribar los mitos
Según el Ministerio Público Tutelar, 8 de cada 10 niñes en situación de maltrato, violencia o abuso tienen como victimarios a familiares o conocidos de elles.
Según datos del Programa Nacional Las Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia de la Nación, desde 2017 hasta octubre de 2022 en Argentina se registraron 14.424 casos de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual. Desde finales de los ‘90 las denuncias se han incrementado sostenidamente y este cambio se explica porque existe una mayor sensibilización social y mejoras en el acceso a las denuncias Sin embargo y a pesar de que constituye un problema creciente en el mundo, la mayoría de los casos no son detectados ni denunciados.
Circulan muchos mitos alrededor de esta temática. Se suele creer que, por ejemplo, que los abusos sexuales ocurren contra NNyA de familias con menores recursos cuando en realidad ocurren sin distinciones en todos los estratos socioculturales. Según Unicef, el mito se explicaría por la existencia de un subregistro estadístico de los casos que afectan a los niveles socioculturales más acomodados, ya que suelen denunciarse aún menos que el resto.
Otra creencia difundida es que las denuncias de abuso sexual suelen ser falsas. La realidad es que sólo una minoría de los casos de abuso sexual contra NNyA se conoce y se denuncia porque la gran mayoría de los niños suelen callar por temor a represalias y por culpa o vergüenza. Muy pocos abusos se logran comprobar pero allí donde radica la importancia de la escucha y de la validación de los dichos de niñes y adolescentes.
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