“En el amor se ha sobredimensionado lo espontáneo”. La escritora Marta Jiménez Serrano publica ‘No todo el mundo’ (editorial Sexto Piso)
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La escritora Marta Jiménez Serrano publica ‘No todo el mundo’ (editorial Sexto Piso), una composición de relatos donde disecciona el amor, las relaciones heterosexuales y los roles de género. Tras deslumbrar con ‘Los nombres propios’ vuelve con uno de los libros más esperados del año.
Dice Vivian Gornick en uno de sus libros que, si llegáramos al fondo de las cosas, encontraríamos nada. Esta es la sensación que dejan muchas veces las relaciones amorosas. Nadie sabe muy bien qué es lo que está haciendo, nunca entenderemos por qué la gente hace lo que hace ni qué garantiza el éxito o el fracaso en una relación -¿qué es el éxito y el fracaso en una relación?-. Probablemente nunca lo sabremos porque quizá, efectivamente, detrás de cada acto y de cada decisión no hay una razón concreta en la que apoyarse. Parece más bien que muchas veces nos dejamos llevar por una coreografía ya marcada que nos muestra los pasos a seguir.
Sobre esta coreografía, este jugar a las casitas -y sobre mucho más- escribe Marta Jiménez Serrano (Madrid, 1990) en su libro No todo el mundo (editorial Sexto Piso). Una colección de relatos que analiza desde diferentes puntos de vista las relaciones heterosexuales y los roles de género, a la vez que desmonta el mito romántico y conceptos como el de final feliz. Y lo hace desde la contradicción y desde el ritmo agotador que impone la ciudad y el trabajo.
Hay un concepto que se repite en algunos de los relatos del libro y que me ha llamado la atención. Es el de la coreografía: coreografía para no coincidir en los sitios cuando se ha roto, una coreografía compartida que hace que la relación funcione…
Sí, y yo creo que lo difícil en el amor a veces es salirse de esa coreografía, muchas veces estamos representando un papel. En este libro está por debajo el tema de los roles de género. Cuando nos metemos en una relación de pareja heteronormativa, la mujer está llevada a representar unos roles y el hombre está llevado a representar otros y muchas veces no hay una comunicación sincera, sino que jugamos a las casitas: a mí me han dicho que yo tengo que hacer esto -por supuesto, nos lo han dicho indirectamente-, a ti te han dicho esto otro y entonces hacemos la coreografía, hacemos el baile. En otra entrevista hablaba de cargarse el teatrillo y creo que, muchas veces, en las citas o cuando ya estamos en una pareja lo que hacemos es seguir esa coreografía en vez de pensar qué movimientos queremos hacer cada uno.
Por: SARA PLAZA SERNA
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